Campaña solidaria "Tu odio me alimenta". Mi experiencia


El pasado día 11 de abril arrancaría la campaña solidaria en la empresa en la que trabajo, Telefónica.


Había recuperado ya la inversión realizada para editar y publicar la novela "Tu odio me alimenta" con la empresa de autoedición "Punto Rojo Libros S.L.", gracias a la venta entre amigos, compañeros de trabajo y demás contactos entre los que cabe destacar por encima de todos a mi hermano David, que aportó a la causa a muchas de las personas con los que tiene algún tipo de relación. 

Resulta extremadamente complicado dar a conocer la novela siendo un autor totalmente desconocido. No puedes ser tímido y apocado. Hay que ir con todo, pero con cierta cautela y responsabilidad. No todo vale. Había solicitado 200 ejemplares. De los que 50 fueron a la distribución en tiendas físicas y el resto, lo vendí o regalé, quedándome aún 13 ejemplares disponibles. Un éxito, la verdad, habiendo transcurrido apenas dos meses desde el lanzamiento.

Finalizada esta etapa, en la que me volqué con todo mi empeño e ilusión, creando mi propio merchandising para darla a conocer a través de las redes sociales: facebook, instagram, whatsapp, youtube, medios de comunicación locales... Siendo consciente que a muchos les he podido resultar molesto y cansino pero totalmente asumido, tenía en la cabeza la idea de que la obra de la que me sentía orgulloso y que con tanta pasión escribí, pudiera llegar a cuanta más gente fuera posible y al tiempo, sirviera como instrumento para ayudar a aquellas personas que pasan por un mal momento en su vidas. 

Hay muchas ONG,s en España con nobles fines, pero tenía claro que colaboraría con la AECC por mi experiencia personal en la que durante cinco largos años, fui testigo directo de su labor y de las grandes carencias de recursos y medios, para ayudar a todas las personas que batallan contra el cáncer en sus múltiples modalidades.

Rosa, quien era mi mujer, perdió la batalla contra el maldito bicho, después de ser diagnosticada de un cáncer de mama a principios del año 2015. Aquello te cambia el enfoque de la vida de modo radical. Todo ya pasa a un segundo plano. A partir de entonces, las idas y venidas al hospital de referencia, son constantes y las noticias cada vez, más desalentadoras. La única arma disponible para poder hacerle frente al miedo, es la actitud. El pensamiento positivo. Vivir cada día, intentándolo disfrutar y nunca, nunca,... perder la fe... por muy complicada que se presente la empresa.

Pero la fe no cura. Únicamente sirve para no hundirse sin presentar guerra al cruel enemigo al que lamentablemente y aún a pesar de los avances que la ciencia ha conseguido en determinados casos, sigue sin encontrar la solución para acabar con la verdadera pandemia del Siglo XXI, dejando en su camino a muchas personas, sin importar la edad, el sexo, su raza, ideología o su estatus social... 

La lucha contra el cáncer nos incumbe a todos, pero lamentablemente no tenemos consciencia real hasta que no nos afecta. Pensamos que sólo les pasa a los demás. Soñamos, ilusos, con que nos toque la lotería de Navidad, la primitiva o la quiniela de fútbol.... pero de la otra "lotería", vivimos ignorantes... Y llevamos muchas "papeletas"... aunque no las hayamos comprado conscientemente. Son innumerables los factores.... Y aunque no fumes, comas sano, hagas deporte,... no eres inmune a ello. 

Resulta descorazonador llegar a las salas de espera del hospital de turno y presenciar la cantidad de personas hacinadas en los bancos o de pie, esperando a ser llamados por el oncólogo asignado, sobrepasado por la cantidad de personas a las que debe atender con extrema profesionalidad y casi siempre con una sonrisa, que es de agradecer por el enfermo y sus familiares, a pesar del diagnóstico de cada caso que tienen encima de su mesa. Son unos héroes sin capa, a los que se les debería de dotar de más medios y reconocimiento. Que duro debe ser para ellos llegar a su casa sin que les afecte en lo anímico y volver al día siguiente a enfrentarse a ello. Y otro día, y otro... Desde aquí, mi aplauso sentido.

Paralelamente, están todos los voluntarios, hombres y mujeres que aportan su tiempo para colaborar desinteresadamente de diferentes maneras, con el noble objetivo de hacer sentir al enfermo lo mejor posible, ayudando, asesorando, colaborando en todo aquello que se pudiera necesitar para sobrellevar el duro camino.

Me sentía con el deber moral de corresponder a todos ellos, y me llegó la oportunidad de aportar mi pequeño granito de arena en la causa.

Mi empresa, Telefónica, gran multinacional y lamentablemente, uno de los escasos referentes de la marca España en el desarrollo estratégico y tecnológico, también tiene un componente humano muy sensible a los problemas de nuestra sociedad, lo que hacen que me sienta muy orgulloso de formar parte.

Son muchas las iniciativas solidarias emprendidas por Telefónica a favor de causas nobles con gran éxito, por lo que me anime a presentarle la idea a mi Director de la unidad a la que pertenezco, quien desde el primer instante, me brindó todo su apoyo. Le expuse que había publicado recientemente mi primera novela y quería darla a conocer entre todos los empleados para que los beneficios de las ventas, fueran destinadas a la AECC. 

Me puso en contacto con responsables de la comunicación interna de la compañía y de la Fundación de Telefónica, quienes me brindaron su colaboración. Estaba muy ilusionado con la iniciativa y mi cabeza ya fantaseaba con el éxito que tendría la campaña, haciendo llegar la novela a una audiencia potencial de unos 100.000 empleados que tiene Telefónica España, a través de los medios de comunicación internos. 

En cualquier caso, el "yo" racional intentaba frenar el entusiasmo del "yo" pasional y me marqué como objetivo alcanzable la cifra de 300 ejemplares durante un periodo de reserva que duraría desde el 11 de abril hasta el 5 de mayo. Finalizado este hito, solicitaría a la editorial la reimpresión de los libros demandados que en función del volumen, aplica tarifas distintas, lo que era importante para el margen de los beneficios destinados a la AECC.

Pero la realidad nada tiene que ver con lo que fantaseamos en nuestras mentes inquietas... Esperaba con nervios y expectación el arranque de la campaña solidaria a través de los medios de comunicación disponibles. Había creado una noticia en Workplace, una especie de facebook, donde se publican noticias a los empleados. Y primer chasco gordo....

Entendí que conforme a la propuesta que les formule, la campaña solidaría se publicaría en el banner principal de la intranet, portal a la que accedemos la mayoría de empleados, para desde ahí enlazar con la noticia publicada en Workplace. Este banner es fijo y de gran tamaño, por lo que tiene un gran impacto visual. No fue así.

Se publicó en un carrusel secundario, junto a otras noticias, cuya información permanece por breves segundos, lo que reducía de manera notable su visibilidad e impacto entre el público.

El arranque no pudo ser más decepcionante y descorazonador. En el primer día, tan sólo dos reservas de la novela, que me llegaron mediante un formulario que diseñe con la tecnología de google. 

Los siguientes días mantendrían la misma tónica de un exiguo conteo, muy lejos de las expectativas que me había creado. Solicité ayuda para reforzar la campaña, pero ésta se limitó a una breve reseña en  otro comunicado de mayor difusión, que al menos si consiguió que se repuntaran la reservas de novela, consiguiendo llegar a la decena durante un par de dias consecutivos, volviendo a caer posteriormente... 


Comprendí que estaba solo. Lejos de tirar la toalla, intenté impulsar la campaña por otros medios. La casualidad hizo que por iniciativa de unas compañeras, se convocara por un grupo de whatsapp a los compañeros que trabajamos juntos hace 25 años en los orígenes, para celebrarlo en un reencuentro festivo. 

No lo pensé ni por un minuto y aproveché la oportunidad para hacer campaña en el grupo, siendo consciente que a muchos les podría resultar inapropiado y molesto por el fin para el que fue creado. Pero la causa bien lo merecía. Así que asumiendo el riesgo de ello, conseguí "rascar" un gran número de reservas.

El evento se celebró con gran éxito de convocatoria por los antiguos compañeros en la "Supercervecería de la Casa de Campo". Lo pasamos muy bien. Yo me presenté allí con mi camiseta publicitaría de la novela, que me regalaría mi hermano para mi cumpleaños. Estuve toda la tarde-noche haciendo campaña con todo aquel que se me cruzaba entre cervecita y picoteo variado de canapés. 

Con ello y escribiendo en otros foros de equipos de trabajo, iba atrayendo más reservas para la causa, llegando al punto de escribir directamente a compañeros con los que tenía confianza para que se animaran. 

En Workplace seguía insistiendo en reforzar la campaña con varias publicaciones informando que llegaba a su fin...

Con motivo del "Dia del libro"... Me atreví incluso a escribir al Presidente de Telefónica, José María Pallete, solicitando su ayuda para impulsar la iniciativa. Tenía claro que lo más probable es que ni contestará debido a sus múltiples responsabilidades, pero no había nada que perder... Y recibí su respuesta... No daba crédito. En aquella respuesta, me agradecía el gesto solidario y se comprometía a hacer una comunicación para el éxito de la causa.

Nunca llegaría aquel comunicado de apoyo. Otra decepción más que sumar, pero que justifico en base a que entiendo que aunque su primer impulso era noble, se lo replantearía por no conocer la obra y otra serie de circunstancias que seguro se me escapan. De hecho, días después se pondría en contacto conmigo una responsable de comunicación para interesarse por la novela, habiéndole remitido el correo desde el Gabinete de Presidencia. 

Se lo fui a entregar en persona, pero ni me recibió, por encontrarse ausente. Lo tuve que dejar en el registro. Me confirmaría que lo recibió y me dio las gracias. Ya no me sabría nada más hasta que fuí yo quien me puse en contacto con ella para si me apoyarían en el "Dia del voluntariado" que anualmente se celebra en Telefónica con múltiples actividades solidarias y en el que vendería en un stand presencialmente en Distrito Telefónica, un pequeño stock de novelas que me había reservado al margen de las que se habían adquirido en la campaña. Su respuesta fue escueta. No iban a darle más apoyo que el que en su día realizaron con el comunicado. Pues nada.... Resignación.... Otro palo más en las ruedas.

Me llegarían a mi domicilio los libros que había solicitado a la editorial. Encargué 110 ejemplares. Aún tenía 13 libros sin vender de los que pedí en la primera edición. Después de negociar, pude dejar el precio a 6,20 €, dejándome un margen de beneficios de 9,80€ que irían a la lucha contra el cáncer.

Se presentaba un gran problema que me tenía muy preocupado. Cómo hacerles llegar la novela a todos aquellos que habían reservado la novela y no trabajaban en la sede de Distrito Telefónica. Estuve persiguiendo que me ayudaran a resolver el tema, sin obtener respuesta. Viendo que se me echaba el tiempo encima, busque otras alternativas. Mi director en colaboración son su secretaria, me ofrecían poder enviarlos por correo interno. Me tocaría personalmente enviarlos por valija con el riesgo que no llegarán a su destino. ¡¡¡Vaya marrón !!!...

Afortunadamente y casi sobre la bocina... Me facilitaron el contacto de una persona en Servicios Generales. Fue como un ángel caído del cielo... Se iba de vacaciones al día siguiente y aún así, se implicó al máximo de sus posibilidades, defendiendo ante sus mandos que los libros se enviaran por mensajero para proteger que la novela les llegara en perfectas condiciones, aún a pesar que ello suponía un coste. 

Gracias a Alfredo, las novelas llegarían a todos sus destinatarios. Muy agradecido. En cuanto regrese de sus vacaciones, me pondré en contacto con él para tomar un café y regalarle un ejemplar dedicado con todo mi cariño. 

Llegaría el momento de ir entregando las novelas a los compañeros de Distrito Telefónica durante varios días. Cargar con cajas de libros que llevaba desde el garaje hasta la oficina, firmar las dedicatorias, perseguir a los que no contestaban... En fin... Un rollo... 


El broche final sería el "Dia del voluntariado" celebrado el pasado dia 9 de junio. Había publicado un nuevo comunicado en Workplace para animar a la gente a pasarse por el stand donde estaría vendiendo los últimos ejemplares y entregando a aquellos que lo reservaron durante el periodo de campaña.

Fue una experiencia inolvidable. Haría un día espectacular desde el punto de vista meteorológico a pesar que caerían unas pocas gotas. Ambiente extraordinario con muchas iniciativas solidarias en Distrito Telefónica. Yo llegaría sobre las 9:15h con mi caja de libros cargando al hombro. Compartiría el stand con la propuesta solidaria de mi Dirección a favor de Polibea, organización que ayuda a las personas con lesiones cerebrales, con la venta de aceite y en la que mi compañera Merce, que ha participado en la 11ª edición del programa de televisión "Mastercheff" sería la gran estrella mediática.

Por allí se acercaría el Presidente de Telefónica, con quien me haría una foto después de recordarle que le había solicitado ayuda para la causa. Obviamente ni se recordaba. Es lo que hay... jeje !!

En apenas dos horas, vendí los 15 ejemplares que llevé al margen de los reservados durante la campaña. Me fuí muy contento y orgulloso para mi casa.

El resultado final han sido 123 novelas vendidas a 16€, del que desconté los 6,20€ por libro que me cobró la editorial.

Aquella misma tarde, realicé la donación por importe de 1.205€ a favor de la AECC.

Lamentablemente no cumplí el objetivo que me había propuesto, pero cuando uno pone todo lo que tiene en el empeño, NUNCA es un fracaso.
Ha sido una experiencia dura en lo personal, pero a pesar de todas las dificultades, me siento muy orgulloso de como lo he afrontado y el objetivo alcanzado por una muy noble causa.

Cada uno de nosotros podemos hacer con nuestra pequeña aportación, que este mundo sea mucho mejor.

¡¡¡ GRACIAS A TODOS LOS QUE LO HACEIS POSIBLE !!!
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Mi Generación Z se actualizará cuando tenga algo que contarte... No sufras 😉 http://migeneracionz.blogspot.com

Comentarios

Everum ha dicho que…
Gracias por ser una guía constante en nuestro viaje de aprendizaje. ¡Estamos agradecidos por tu liderazgo!