Concurso de relatos LAMUCCA VII edición


Me llego por casualidad a mi instagram, la publicidad de la cadena de restaurantes LAMUCCA.

Han abierto un concurso de relatos breves con un máximo de 500 palabras. En esta VII edición, la temática debe ser de tipo policiaco.


Pues oye, que me he animado a participar y a ver que pasa... 

Te dejo a continuación, el relato con el que me presento.

Espero que te guste y me deseés suerte 😊...


EL KARMA SIEMPRE TRIUNFA

Sus pisadas se clavaban sobre el césped húmedo de aquel parque próximo a la urbanización donde vivía. Tras su paso, la verde hierba se teñía de rojo por la sangre que manaba abundantemente de sus múltiples heridas, en su deambulante caminar. A pocos metros se hallaba una zona de juegos infantil, cuya periferia estaba cercada por una valla metálica pintada en llamativos colores. Allí había muchos niños de pequeña edad, jugando en los columpios. El día era primaveral, con unas pequeñas nubes que rasgaban el cielo azul. Eran las 10:42 horas de la mañana.

Se trataba de un hombre de mediana edad, cuerpo atlético, el pelo muy corto, negro. 1.80 metros de estatura. Vestía ropa y zapatillas deportivas que estaban cubiertas de su propia sangre, dando una imagen realmente terrorífica. La cara desencajada por el dolor y su vista muy nublada. Se encontraba aturdido y asustado. Chocó contra la valla del recinto de juegos y cayó de espaldas de manera abrupta contra la arena. Las risas de los niños dejaron paso a un estallido de mar de gritos de terror entre los presentes, alejándose precipitadamente de aquel lúgubre escenario. Un par de hombres acudieron a socorrer al desvalido, interesándose por su estado.

-¿ Qué le ocurre?... ¿Se encuentra bien?... – Dijo uno de ellos, encorvándose sobre el cuerpo del herido, mientras el otro individuo sacó el teléfono móvil de su bolsillo y marcó apresuradamente el “112”.

-¡Ayuda!… ¡ Por favor, ayuda… ! – apenas se le podía escuchar con un hilo de voz muy débil, falleciendo en ese mismo instante.

Media hora después, la zona había sido acordonada por la policía. El inspector Santa María y su ayudante Riego, llegarían a la escena.

Uno de los agentes se acercó a los inspectores:

-Confirmado, señor. Es él. – Le dijo el agente de policía.

-Santa María descorrió la sabana que cubría al cadáver.- Si, efectivamente… Es él. – Volviéndolo a tapar.

-Pues caso resuelto. – Riego le guiñaba un ojo a Santa María.

Aquel individuo que yacía muerto, era Andrés Reinosa, con varios antecedentes por abusos sexuales, de los cuales, salió indemne, al renunciar sus víctimas a testificar por temor a su estatus y poder social. Sus tentáculos llegaban a lugares inimaginables. El último intento de perversión sexual le salió mal. Aquella mañana salió de su domicilio temprano, con la excusa a su mujer de hacer deporte. En realidad, su propósito endiablado era visitar a la camarera de un bar cercano que acechaba desde hace tiempo. Ella era una joven muy atractiva que se encargaba cada mañana de abrir el negocio. Cuando ésta accedió al local, él fue por detrás y la agarró bruscamente, llevándola hasta la cocina. La muchacha logró coger un gran cuchillo y se lo clavó en el abdomen. Preso del pánico, Andrés huyo de allí, sin percatarse de la puerta de cristal, que atravesó, haciéndola pedazos sobre su propio cuerpo, clavándose varios trozos profundamente.

Aquella chica del bar puso en conocimiento de la policía lo acontecido poco tiempo antes.

El karma había vuelto a triunfar.



Mi Generación Z se actualizará cuando tenga algo que contarte... No sufras 😉 http://migeneracionz.blogspot.com

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