Teléfono móvil : ¡¡ Se acabó la intimidad !!

Muy buenas !!


Hubo un tiempo en que las personas gozábamos de gran dosis de intimidad. Podías perderte por el mundo... sin que nadie supiera de tu paradero ni de que narices, pudieras andar haciendo...¡¡ que gozada !!.. Si acaso querías dar señales de vida a tus familiares o amigos, cogias y llamabas bien desde una cabina telefónica (han desaparecido del mobiliario urbano de cualquier ciudad) o desde un teléfono privado de algún local o habitación de cualquier hotel. Pero en tus manos estaba el que alguien pudiera perturbar tu tranquilidad.

Desde que el teléfono móvil llegó a España, allá por finales de los años 90 para quedarse y formar parte de nuestras vidas... hemos perdido gran parte de esa intimidad. Recuerdo cuando empezaron a verse los primeros "ladrillos" móviles. Los hombres los llevaban atados a la cintura mediante una funda al cinturón y las mujeres, en sus bolsos, grandes...por el tamaño que por entonces tenían aquellos bichos. Resultaba gracioso verlos caminando por la calle pegando voces con el cacharro en la mano.
Dejando al margen a los que por su trabajo les imponían llevar uno de esos mamotretos, estaban aquellos otros que se creían "importantes" por tener uno de esos. Cuando ibas a tomar algo por ahí, lo dejaban encima de la mesa o de la barra del bar, junto con el paquete de tabaco y el mechero... todo orgullosos por diferenciarse del resto de los mortales. Y para qué, digo yo ??... a mi ni se me hubiera ocurrido llamarle... valía un riñon y parte del otro, una llamada de fijo a móvil por entonces.

Ahora los teléfonos móviles, como todo lo relacionado con las tecnologías, han evolucionado muchísimo. En tamaño, en diseño... pero además ya no sólo sirven para llamar, recibir llamadas y enviar mensajes de texto. Ya puedes hacer fotografías, navegar por Internet, ver la tele, escuchar música o la radio, enviar y recibir e-mails... ¡¡ impresionante !!

Pero al tema... actualmente no conozco a nadie adulto que no tenga uno o incluso dos teléfonos móviles y cada vez se ven más críos a los que les regalan alguno. El caso es que en cuanto cometemos la torpeza de facilitar nuestro número, ya estamos en manos del otro. Hay que tener cuidado a quien le das tu número de móvil... y es que hay personas que te persiguen allá donde estés para saber de ti y conocer que haces en cada momento del día o la noche. Si, ya sé... puedes no cogerle el teléfono en determinadas situaciones, pero el aviso de llamadas perdidas estará ahí, diciéndote... llámale... llámale, como una vocecita que se introduce en el interior de tu cabeza. Porque si no le devuelves la llamada y te cruzas con él o ella después, ya sabes que te lo echará en cara... Te llamé y no me cogiste el teléfono. Así que no te queda otra, devolver la llamada e improvisar cualquier excusa imaginando el posible motivo por el que te pudiera llamar.
A veces se echa en falta esa intimidad, cuando te apetece coger a la familia y desaparecer sin dar mayores explicaciones, o simplemente, quedarte en casa sin querer saber nada de lo que detrás de las paredes pudiera pasar en el exterior, bien viendo alguna película, leyendo, o echando una partida con la consola...o por que no, tirado en el sofá todo lo largo que eres.

Es el peaje que tenemos que pagar por evolucionar... Porque todo esto que cuento, también pudiera darse al revés. A cuantos de mis amigos puedo haber invadido su intimidad en todo este tiempo... a muchos, seguro. Lo cierto es que por lo general, cuando alguien te llama o le llamas, es porque le tienes aprecio y quieres saber de él o ella. Y siempre lo deberíamos de tener presente, aunque pudiera haber alguna excepción.
Además, que gran avance el poder avisar o que te avisen de que ha surgido cualquier contratiempo en esa cita con tu novi@ o amigos, y no quedarte o se queden esperando, preocupados, sin conocer que ha podido pasar.

Como cualquier cosa en la vida, todo es bueno o malo, depende del punto de vista.

Pero que bonito es a veces... ¡ apagar el móvil !

Hasta la próxima amig@ !!

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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Pues estoy de acuerdo contigo... a veces "apagar el móvil" no viene mal... Un beso. Ágatha.